Mejora las secuelas del sacituzumab govitecan, al adelantarse a los efectos secundarios que suele provocar y suministrar medicamentos contra sus daños colaterales antes de que tengan lugar.
La tolerancia al tratamiento con uno de los principales fármacos contra el cáncer de mama metastásico HER2-negativo mejora al adelantarse a los efectos secundarios que suele provocar y suministrar medicamentos contra sus daños colaterales antes de que tengan lugar, según demuestra un ensayo presentado este domingo.
El estudio, bautizado PRIMED e impulsado por la compañía hispano-estadounidense de investigación clínica oncológica MEDSIR, fue difundido en Chicago (Estados Unidos) durante el Congreso Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés) y se centró en cómo minimizar las secuelas del sacituzumab govitecan, que se comercializa bajo el nombre de Trodelvy.
En concreto, la diarrea y una baja de las defensas (neutropenia), una situación que experimentan gran cantidad de pacientes.
Dos ensayos anteriores al de MEDSIR -TROPICS022 y ASCENT1- reflejaron que los casos de diarrea llegaban al 56,7 % y al 59,3 %, mientras que la escasez de los glóbulos blancos neutrófilos anotaba una incidencia del 70,1 % y del 63,2 %, respectivamente.
El estudio liderado por el doctor Javier Cortés, director del International Breast Cancer Center y cofundador de MEDSIR, apostó por añadir a los dos primeros ciclos de sacituzumab govitecan una combinación de factores estimulantes de granulocitos con loperamida para abordar precisamente esos efectos.
Mejoras significativas
El ensayo se efectuó en 50 pacientes en España entre febrero y septiembre de 2023 y consiguió mejoras significativas: la incidencia de neutropenia se situó en el 28 % y la de diarrea, en el 34 %.
A su vez, logró que hubiera menos necesidad de reducir la dosis de sacituzumab govitecan y registró menos interrupciones del tratamiento.
No hubo ningún cese de la terapia, frente a porcentajes del 5 % en ASCENT1 y del 6 % en TROPICS022, mientras que la necesidad de modificar la dosis bajó al 30 % y la de reducirla al 14 %, frente a porcentajes comparables que en los otros dos estudios rondaron el 60 % en el primer caso y entre el 20 % y el 30 % en el segundo.
“Si tú vas bajando la dosis esto puede impactar la eficacia en fármaco. Cuando optimizas los efectos secundarios y reduces la toxicidad haces que haya más pacientes a los que ibas a reducir la dosis y ya no tienes que reducirla. Por lo tanto, puede implicar que se mantenga de forma óptima su eficacia”, explica a EFE Cortés.
Según la Asociación de Cáncer de Mama Metastásico, un 30 % de los 33.000 nuevos casos de tumor de mama que se detectan cada año acabarán en metástasis.
Alrededor del 80 % de las mujeres diagnosticadas lo superan, pero para el 20 % restante los tratamientos no son efectivos, por lo que este tipo de avances contribuyen tanto a mejorar su calidad de vida como las posibilidades de que la terapia funcione.
PRIMED es solo uno de los 13 estudios que, asociado con la red de hospitales privados más grande en Latinoamérica (Oncoclínicas & Co), MEDSIR presentó en esta edición del congreso ASCO, el principal del sector.
Uno de ellos comparó resultados de la tomografía por emisión de positrones con la resonancia magnética para evaluar si esta última se podría emplear como alternativa y determinó que para observar la evolución de la respuesta al tratamiento sí es una posibilidad cuando la primera opción no está disponible.
Según afirma el propio centro de investigación, que tiene sedes en Barcelona y Nueva Jersey (EE.UU.) y se fundó en 2012, su presencia en ese foro le supone “un hito científico y un reconocimiento a la investigación clínica independiente centrada en pacientes con limitadas opciones terapéuticas”.
(*): EFE cuenta con el apoyo de MEDSIR en la elaboración de este contenido.